Paseo La Chimenea y Ermita de Ceferino Namuncurá
El Paseo La Chimenea representa la reconversión de un espacio ocupado por una construcción en ruinas hacia un área verde que reúne historia y religión. En este lugar, antiguamente, funcionaba la primera fábrica de extracto de tomates del partido de Villarino. Se ubicó allí por el acceso seguro al agua del canal unificador que corre a su lado, de vital importancia para su funcionamiento.
El inicio de la construcción fue en el año 1931 y su primer propietario, Gino Biagetti, la inauguró en 1934, elaborando productos marca Tiber.
En 1940 fue vendida a Miguel Miranda, produciendo bajo la marca Miguelito hasta el año 1947. Luego la compró la familia Elorz para construir una usina generadora de electricidad, pero este proyecto fracasó. El señor Troiano, con la empresa Cirio, fue su último propietario y, además de extracto envasó tomates al natural y otros frutos de la zona hasta 1965.
En los años 70 y frente al deterioro de la construcción, de común acuerdo entre el municipio de Villarino y el propietario se decide su demolición dejando en pie, como un símbolo y recuerdo de su pasado laborioso, la chimenea original de 27,80 metros de altura. Se restauró para su conservación como referencia histórica y para que brinde la seguridad necesaria a las personas que circularían en el espacio verde proyectado para ese lugar
El día 26 agosto del 2000, aniversario de su nacimiento, el Grupo Ceferiniano de Pedro Luro inaugura la ermita de Ceferino Namuncurá. Su estatua está colocada en un pedestal que reproduce los dibujos de la base de la histórica chimenea.
El día 20 noviembre de ese mismo año y formando parte de los actos por el 87 aniversario de Pedro Luro se inaugura el Paseo La Chimenea contando ahora con iluminación, una fuente de agua, veredas y forestación. En el lugar, más allá de celebraciones en torno a la figura de Ceferino, se celebra el día del niño.